Se dice que Blanca, madre de San Luis, Rey de los Franceses, pidió a Santo Domingo que orara por ella,
para que el Señor la liberara de su infertilidad y que le diera hijos que estuvieran a Su servicio y
honor. Santo Domingo le aconsejó encarecidamente que orara devotamente el Rosario de la Virgen
Gloriosa y que comprara muchas Coronas del Rosario y las diera a todos los que deseaban recitar el
Rosario. Después de hacer estas cosas, después de un corto tiempo, para la oración del Rosario de la
Santísima Virgen María, concibió y dio a luz al noble, hermoso y devoto hijo Luis, y la descendencia real
restante que siguió.
(De los escritos del Beato Alano de Rupe: “El Santísimo Rosario: El salterio de Jesús y de María”. (Libro
5).
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